Índice
Introducción
Aunque la expresión más común que utilizamos es Biblia, tiene otros nombres. Es curioso que en sus páginas (al menos en las versiones en español) no vamos a encontrar la palabra «Biblia», aunque aparece una vez en la versión en griego.
Es interesante estudiar cuáles son sus nombres porque descubriremos aspectos de su origen y naturaleza.
Nombres de la Biblia
Los nombres más comunes que se usan para designarla son:
- Biblia.
- Santa Biblia.
- Palabra de Dios.
- Escrituras.
- Sagradas Escrituras.
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1. Biblia
Proviene del latín, que a su vez proviene del vocablo griego βιβλία que significa literalmente [los] libros, haciendo referencia a que es un conjunto de libros y otros documentos.
Los egipcios, griegos y romanos escribían en rollos de papiro, un soporte de escritura muy popular hasta la aparición del papel. El papiro se importaba desde el puerto fenicio Byblos. Esta ciudad era el centro de comercio del papiro y por su fama Byblos pasó a ser sinónimo de papiro. El nombre de esa ciudad dio origen a la palabra griega biblion (papiro o libro), cuyo plural era ta biblia (los libros). Este plural fue adoptado por el latín para designar el conjunto de libros sagrados que componen el Antiguo y el Nuevo Testamento.
El Señor no nos dio un simple libro ¡sino una biblioteca completa! De esa manera disponemos de distintas voces para comparar (por ejemplo, los relatos de Reyes y Crónicas, las diferentes maneras en que presentan a Cristo los Evangelios). También incluye diversos tipos textuales: libros históricos, poemas, profecías, cartas… Pues nuestro Padre conoce que nuestras necesidades son distintas en distintos momentos: historias para comprender, poesías para expresar emociones, normas para guiar nuestra conducta, etc.
La expresión griega biblia es usada por Pablo en 2 Timoteo 4:13 y es traducida al español como rollos o libros. En la siguiente imagen se puede leer el texto original en griego (en verde) y su traducción literal en español (en rojo).
2 Timoteo 4:13 RVR-1960
“Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.“
Biblia Interlineal griego – español
Los números son para ir al diccionario, el verde es el texto en griego, las palabras en amarillo sirven para ver el análisis morfológico y el texto en rojo es la traducción literal en español.
LogosKLogos: Biblia interlineal español griego RV60 Tischendorf 2Ti 4:13
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2. Santa Biblia
En el siglo II se comenzó a utilizar el término latino Sacra Biblia, que significa Santa Biblia. Hay un antecedente en el uso de esta palabra en Macabeos 12:9 (es un libro deuterocanónico).
Santo significa: «Perfecto y libre de toda culpa.» Otro significado: «Dicho de una cosa: Que está especialmente dedicada o consagrada a Dios.»
Fuente: santo, santa | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE – ASALE
El término hebreo «kadosh» significa puro de manera física, ritual y, especialmente, moral y espiritual. En ocasiones se debe traducir «separado», puesto aparte, consagrado para Dios (Comparar Lucas 2:23, citando a Éxodo 13:2).
El NT emplea el término griego «hagios» que también en ocasiones significa separado, consagrado, puesto aparte (Lucas 2:23), pero con mayor frecuencia «puro». Ser santo es ser sin “mancha, ni arruga ni cosa semejante” (Efesios 5:26-27).
Fuente: SANTIDAD – Biblia Reina Valera 1960
Como es santa ha sido apartada, separada de los demás libros y consagrada para Dios, para que Él la use.
Cuando entendemos que es santa, ya no la ponemos a la altura de cualquier libro, la leemos con reverencia, creyendo lo que dice. No nos atrevemos a usarla para nuestros propósitos acomodando sus palabras para que diga lo que nos gusta.
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3. Palabra de Dios
Si se nos revela que es la palabra de Dios, entonces la leeremos en oración, esperando que el Señor nos hable a través de ella. No le agregaremos ni quitaremos nada, como nos alerta el apóstol Juan en Apocalipsis 22:18-19, pues no podemos callar al Todopoderoso ni hacerlo decir lo que Él no dijo.
Se la llama así porque es el mensaje de Dios, aunque utilizó a varios hombres para que escribieran lo que quería comunicar a la humanidad. Esta expresión aparece, por ejemplo, en Romanos 3:2 y Marcos 7:13.
El estilo, las capacidades y características literarias de cada escritor quedaron reflejadas en sus escritos, también su personalidad y limitaciones. Como Dios utilizó escritores humanos, en ocasiones ellos expresaron sentimientos y actitudes que no están de acuerdo con el carácter de Dios. Por ejemplo, el salmista indignado dice: “Hija de Babilonia la desolada, bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña.” (Salmos 137:8-9). La Biblia no dice que sus sentimientos fueran correctos o incorrectos, simplemente los muestra. Probablemente para que los lectores nos sintamos en libertad de expresarle a nuestro Padre lo que sentimos.
Al dar ejemplos de los animales impuros la versión Reina Valera dice que la liebre rumia (Levítico 11:6). Muchos han tomado este ejemplo para decir que la Biblia tiene errores y por lo tanto no puede ser la palabra de Dios. El caso es que las traducciones «conejo» y «liebre» que encontramos en Levítico 11:5-6 están erradas. La palabra hebrea traducida como conejo es shafán que era un animal de Oriente Medio parecido al conejo (Biblia Reina Valera Editorial Caribe, página 127). La palabra hebrea traducida como «liebre» es arnebet, que era un animal no identificado, diferente a la liebre. El error consiste en que los traductores de este pasaje suponían que el arnebet y la liebre eran términos equivalentes (Biblia anotada de Scofield, página 133). Como en este caso, muchos supuestos errores no existen en el original o son problemas de interpretación.
En el caso de la oración de Josué, cuando ordena que el sol se pare (Josué 10:12-13), está citando el libro de Jaser el cual está escrito en poema y por lo tanto emplea lenguaje figurado, metafórico. Aun así, si esas fueron las palabras exactas de Josué, debemos suponer que Señor entendió lo que quería y detuvo el movimiento de la Tierra sobre su eje ¿Por qué al redactar el acontecimiento permitió que incluyera este error diciendo que el sol se detuvo (si no consideramos que se trata de una metáfora)? Porque no era el momento para dar explicaciones de astronomía que confundirían a los lectores y para las cuales faltaba un caudal de conocimientos que no existían en esa época.
¿Podemos seguir afirmando entonces que es la Palabra de Dios? A pesar de todo, sigue siendo lo que el Creador quiso hablar a sus criaturas. Él es perfecto, pero nos habló a través de seres imperfectos, que reflejaron su cultura, los conocimientos de su época y sus propias emociones. Sin embargo, el Espíritu Santo los guio para que la revelación que necesitábamos nos llegara sin errores. La Palabra de Dios no nos enseña biología ni astronomía, pero nos habla directo a nuestro espíritu lo que necesitamos entender en ese momento. Por eso Jesús dijo que sus palabras son espíritu y vida (Juan 6:63).
Es importante tener presente que la revelación divina fue progresiva, se fue dando gradualmente. Por eso, para comprender el Antiguo Testamento hay que considerar el Nuevo Testamento. Allí vemos el cumplimiento de las profecías y la materialización de muchos símbolos presentes en los rituales ordenados por Dios, por ejemplo, el significado de la pascua cumplido en Jesucristo. De la misma manera, para entender el Nuevo Testamento necesitamos leer también el Antiguo Testamento.
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4. Escrituras
Se llaman indistintamente la «Escritura» y las «Escrituras», refiriéndose a las revelaciones dadas por Dios que se escribieron en distintas épocas. Son textos dignos de confianza, en los que basar la fe.
Al principio se asociaban con los 10 Mandamientos (Éxodo 34:1, 27, 28; Deuteronomio 5:5-22). Luego, Moisés escribió por orden de Dios «El libro de Alianza», del que se guardó una copia dentro del arca del pacto (Éxodo 24:4 y 7; Deuteronomio 31:9).
Desde que se reconoció que los libros escritos por Moisés (llamados la Ley) fueron inspirados por Dios1, se emplea la frase: “Como está escrito” (2 Crónicas 30:5, 18; Nehemías 8:15) para hablar de ellos. Jesús y Pablo emplearon la misma fórmula al referirse al Antiguo Testamento (Mateo 4:4; Romanos 1:17).
Los escritores del Nuevo Testamento, siguiendo la costumbre de los rabinos, decían indistintamente «la Escritura» y «las Escrituras» al hablar de estos textos sagrados (Marcos 12:10; Juan 7:28; Lucas 24:27; 1 Pedro 2:6). Pedro habló de las epístolas de Pablo como «Escrituras». Bernabé y Clemente citaron palabras de Jesús como «Escritura». A partir de Ireneo de Lyon (siglo II) los Padres de la iglesia2 designaron el Antiguo y Nuevo Testamento en su totalidad como las Santas Escrituras.
Fuente: ESCRITURA – Biblia Reina Valera (bibliareinavalera1960.com)
Notas
1. Inspiración de los libros: La Ley o «Torá», formada por los cinco libros escritos por Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) fue la primera y más sagrada parte del canon bíblico en reconocerse. Es aceptada como palabra de Dios tanto por judíos como cristianos.
2. Padres de la iglesia: Se conoce con este nombre a un grupo de escritores de los primeros siglos de la era cristiana, que con sus enseñanzas sentaron las bases para la teología cristiana. Fueron un conjunto de sacerdotes, teólogos y escritores cristianos, que fueron formando la doctrina de la iglesia con su interpretación de la Biblia, la incorporación de la tradición y la consolidación de la liturgia.
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5. Sagradas Escrituras
Son «Sagradas» porque el autor es Dios. Se las llama «Escrituras» porque están formadas por varios libros y documentos que fueron escritos por inspiración divina.
Las Escrituras no solo son valiosas como documento histórico, o por su riqueza literaria, son un tesoro espiritual pues son sagradas. Por eso debemos ponerla en alto, tratarlas con respeto. No se trata de besar el libro o guardarlo en un lugar muy adornado, sino de reconocer su valor: memorizarla, compartirla y ponerla por obra.
Es importante remarcar que los Diez Mandamientos fueron escritos directamente por Dios, en las tablas de piedra (Deuteronomio 10:1-5). En las «Diez Palabras» (otra forma de llamarlos) se halla todo el alfabeto hebreo, a excepción de la letra «tet».
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6. Otros nombres
También se la llama Ley (Josué 24:26; Mateo 5:18), Palabra de Jehová (2 Samuel 22:31: Éxodo 24:4) o simplemente la Palabra (Deuteronomio 4:2; Marcos 2:2).
El Salmo 119 en cada versículo hace alusión a la Biblia, pero utiliza distintas expresiones para referirse a ella: ley de Jehová, testimonios, mandamientos, estatutos, palabra, dichos, etc.
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