Índice

Introducción.
Libro profético.
Apocalipsis.
Bosquejo general.
Juegos.
Para pensar.

Escuchar la lección (No incluye los resúmenes ni juegos):

Introducción

¿Escuchaste alguna vez hablar de la marca de la Bestia: el 666? ¿Sabes algo del arrebatamiento o la segunda venida de Cristo? ¿Y del milenio?

Si alguna vez intentaste leer el libro de Apocalipsis te habrás dado cuenta de que es muy difícil de entender, porque está lleno de símbolos. No conviene leerlo sin tener a mano un comentario bíblico, o al menos haber estudiado para tener una idea general.

Aunque la palabra Apocalipsis o apocalíptico se relaciona actualmente a sucesos relacionados con el fin del mundo (especialmente tenebrosos), según su etimología quiere decir “revelación”. Por eso, el significado del título de este libro es revelación, porque contiene las profecías recibidas por el apóstol Juan. El libro de Apocalipsis se refiere a acontecimientos contemporáneos a Juan y también futuros.

^{Esto asociamos con Apocalipsis, pero no es así.}

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Libro profético

Aunque el libro de Apocalipsis, también llamado Revelación, es en realidad una carta, se lo considera aparte por sus características. Es demasiado extenso y tiene un carácter profético. Combina elementos de la profecía del Antiguo Testamento (AT) con el género apocalíptico. Esto no significa que el contenido esté sacado de la literatura apocalíptica judía, pero sí se relaciona con muchos pasajes del AT. Juan dice expresamente que escribió las visiones que tuvo.

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El género apocalíptico judeocristiano

El género apocalíptico es un tipo de literatura que se desarrolló en la época del Segundo Templo y del Cristianismo Primitivo. Reúne obras literarias que narran visiones recibidas generalmente a través de un mensajero celestial, que se refieren al fin de los tiempos o al mundo espiritual (cielo, infierno, etc.). A veces, las visiones son acompañadas de explicaciones del ángel o por diálogos en los que el vidente plantea preguntas.

Tienen la característica de expresar, por medio de símbolos y complejas metáforas, el sufrimiento del pueblo judío. Brindan un mensaje de esperanza en la intervención divina para salvar a su pueblo y castigar a los injustos. Fueron escritas en tiempos de crisis profundas, como la época de la sublevación de los macabeos, en que peligraba su fe.

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Características del género

Utilizan lenguaje figurado. Abundan en parábolas e imágenes simbólicas.
Se refieren al fin de los tiempos o, con menor frecuencia, al mundo espiritual (cielo, infierno).
Es habitual que el autor escriba usando otro nombre. Generalmente, un antepasado significativo como Abraham o Moisés para dar autoridad a las revelaciones (cuando son falsas).
Los números no tienen un valor real sino simbólico. Por ejemplo, 1000 significa un número incalculable.
Brindan una esperanza mesiánica: la salvación final se realizará por intervención directa de Dios o de una figura que pasa a primer plano, como el arcángel Miguel.
Pese a que parezca dominar la fatalidad y el determinismo, hay una clara voluntad de expresar esperanza de salvación y consuelo para los justos.

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El género apocalíptico en la Biblia

En el AT se incorporaron varios textos apocalípticos:

El libro de Daniel.
El pasaje de Isaías llamado “Apocalipsis isaítico” (Isaías 24-27; 33; 34-35).
Textos de Ezequiel (Ezequiel 2:8-3; 3:38-39).
Un pasaje de Jeremías (Jeremías 33:14–26).
Algunos capítulos de Zacarías (caps. 12 al 14).
Pasajes del libro de Joel (Joel 2 y 3:9-17).

Textos apocalípticos presentes en el NT:

El “Discurso Escatológico” de los Evangelios (Marcos 13, Mateo 24, Lucas 21).
Pasajes de las cartas de Pablo (1 Tesalonicenses 4:13-5:11; 2 Tesalonicenses 2; 1 Timoteo 4).
Algunos capítulos de las cartas universales (2 Pedro 3; Judas 14 a 15).
El Libro de Apocalipsis.

Hay otros libros de este género que forman parte del canon de otras iglesias:

El 1° Libro de Enoc, aceptado como canónico por la Iglesia Etíope.
El Libro de los Jubileos, considerado canónico para los Beta Israel y la Iglesia Ortodoxa Etíope.
El Apocalipsis de Esdras, que figura como apéndice en la versión Vulgata Latina y en las biblias de la Iglesia Armenia.

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Los símbolos en Apocalipsis

En vez de un cuadro detallado de los acontecimientos con fechas y nombres reales como lo presentaría un historiador, Juan nos brinda un relato de sucesos futuros utilizando el lenguaje simbólico. A través de imágenes y palabras simbólicas evoca personajes y sucesos reconocibles para sus lectores. Por ejemplo, la falsa profetisa de la iglesia de Tiatira (Apocalipsis 2:20) alude a Jezabel, la esposa del rey Acab (1 Reyes 21:25). Pero a pesar de las pistas que brinda para su interpretación y aunque contáramos con la base de información cultural de los primeros lectores, así todo tendríamos problemas para descifrar las profecías que contiene.

La interpretación de los símbolos ha dado lugar a numerosos debates de los que surgieron diversas posturas: hay quienes interpretan el relato de Apocalipsis como una metáfora de la lucha permanente del bien y del mal, mientras que otros le dan un significado histórico, ya sea que consideren que los hechos ya han ocurrido o que se refieren a acontecimientos futuros. Esto lo estudiaremos en la siguiente clase.

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Apocalipsis

Nombre: Apocalipsis (en griego apokalupsis) quiere decir “descubrimiento” o “revelación”. Por eso en algunas versiones de la Biblia se llama Revelación. El nombre está tomado del primer versículo: “La revelación de Jesucristo…” (RVR-1960).

Autor: Aunque solo dice que es Juan, la opinión mayoritaria entiende que se refiere al “discípulo amado”, el mismo que escribió el Evangelio de Juan y las tres cartas que llevan su nombre. Su situación no era la mejor: de edad avanzada, el único que quedaba de los doce apóstoles, obligado a trabajos forzados. Escribió el libro mientras estaba prisionero en la isla de Patmos por el testimonio de Jesucristo y su negativa a adorar al emperador como un dios.

Género: Literatura apocalíptica judía.

Destinatarios: Las siete iglesias de Asia Menor (actual Turquía): Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Estos mensajes se dieron originalmente a cristianos que enfrentaban persecución por su fe y estaban siendo contaminados por falsas enseñanzas, pero es para todos los hijos de Dios.

Contexto: En ese momento los cristianos sufrían una gran persecución, que en muchos casos les costó ser despojados de todos sus bienes, torturados, encarcelados e incluso morir como mártires. La iglesia padecía también por los falsos maestros que enseñaban herejías (como el gnosticismo) y prácticas paganas. Tras la caída de Jerusalén, se impuso la adoración al emperador romano. La negativa de los cristianos primitivos a participar en el culto al emperador empeoró su situación. Jesús les envía a través de Juan este mensaje para advertirles, animarlos y también para anunciarles el juicio de Dios en contra de Roma.

Según la tradición, el apóstol Juan había pasado por una caldera de aceite hirviendo, pero milagrosamente sobrevivió como Sadrac, Mesac y Abed-nego. Luego fue exiliado a la isla de Patmos (en el mar Egeo), que era una especie de cárcel adonde se confinaba a los presos en cuevas o celdas y se los obligaba a realizar trabajos forzados. Sin embargo, a diferencia de las cárceles de la época, los prisioneros no eran sometidos a torturas físicas extremas y conservaban ciertos derechos y libertades, como recibir visitas y enviar y recibir correspondencia. Allí, en una cueva, recibió la revelación del Señor Jesús que trajo esperanza al mostrar que estaba en marcha el plan de Dios, el cual traería el total cumplimiento de sus promesas y la victoria de Cristo sobre el mal.

^{Las siete iglesias de Asia y la isla de Patmos.}

Resumen: En su mayor parte describe hechos futuros, pero incluye también los del primer siglo, es decir, trata los acontecimientos históricos contemporáneos al autor y sucesos proféticos para la humanidad, en especial para las iglesias del Señor.

Comienza con una visión de Jesús, quien se revela como el Sumo Sacerdote que cuida, inspecciona, limpia y saca de su lugar lo que no está bien en sus iglesias locales (Apocalipsis 2:4-5). Se dirige a iglesias decadentes como las de Éfeso, Pérgamo, Tiatira, Sardis y Laodicea, pero también a otras como Esmirna y Filadelfia que no reciben ninguna reprensión porque son fieles al Señor. El contenido del libro no se limita sólo a las siete iglesias de Asia, además muestra el reinado de Dios sobre toda la historia, que culmina con un triunfo final de Jesucristo. Así que aborda el pasado, el presente y el futuro.

El libro de Apocalipsis usa lenguaje figurado (símbolos, metáforas) para explicar el desarrollo de los últimos capítulos de la historia humana. Algunos de estos símbolos se explican, aunque no del todo (Apocalipsis 1:20; Apocalipsis 17:7-8), pero la mayoría se dejan a la interpretación del lector. El número siete se repite a menudo: siete iglesias, siete espíritus, siete candeleros, siete sellos, siete ángeles con siete trompetas, siete truenos, el dragón con siete cabezas, etc. Para interpretar el libro es fundamental leerlo junto con otros pasajes de las Escrituras, en especial con el libro de Daniel. Esta serie de visiones llenas de símbolos, culminan con el juicio final de los malvados (incluyendo a Satanás y sus ángeles) y la recompensa para los justos.

Temas teológicos: Profecía, juicios (castigos) sobre la humanidad, segunda venida de Cristo, reino de Dios, destino final de las personas.

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Bosquejo General

Este es un bosquejo basado en Apocalipsis 1:19 que resume todo el libro.

El Cristo

I. “Las cosas que has visto” (capítulo 1)

Jesucristo se presenta ante Juan con un cuerpo sobrenatural, entre candeleros que simbolizan las siete iglesias. Tanta es la gloria que Juan cae como muerto ante sus pies. Le recuerda que es eterno, que murió y resucitó y que tiene las llaves de la muerte y del Hades.

Las Iglesias

II. “Las cosas que son” (capítulos 2-3)

Las cartas a las siete iglesias:

Éfeso (2:1-7). Una iglesia activa, pero que había dejado su primer amor.
Esmirna (2:8-11). Una iglesia sufrida, que padecería persecución.
Pérgamo (2:12-17). Una iglesia corrompida doctrinalmente, que necesitaba arrepentirse.
Tiatira (2:18-29). Una iglesia virtuosa (con amor, fe, servicio y paciencia), que tenía una falsa profetisa idólatra.
Sardis (3:1-6). Una iglesia ritualista que estaba espiritualmente muerta.
Filadelfia (3:7-13). Una iglesia perseverante que podría evangelizar y sería guardada de la prueba.
Laodicea (3:14-22). Una iglesia tibia y orgullosa que necesitaba las riquezas del cielo y el discernimiento espiritual.

La Consumación

III. “Las cosas que sucederán después de estas cosas” (capítulos 4-22)

La adoración en el cielo (4-5). Ante el trono de Dios, los 24 ancianos y los 4 seres vivientes brindan su adoración. El Padre tiene un libro con 7 sellos que nadie puede abrir, hasta que aparece Jesús como un cordero sacrificado. Todos los seres creados adoran al único digno de abrir el libro y recibir honor.
La Tribulación (6-18). A medida que se abren los sellos se ven las cosas que sucederán. Cuatro jinetes traen distintas calamidades. Se ven luego las almas de los mártires que reclaman justicia, cataclismos, 144000 fieles de las 12 tribus de Israel, una gran multitud de gentiles redimidos y con el 7° sello, silencio. Le siguen 7 trompetas que anuncian castigos sobre la naturaleza y la humanidad. Aparecen algunos personajes simbólicos: la mujer y su hijo perseguidos el dragón (cap. 12), las dos bestias demoniacas (cap. 13), el Cordero con sus 144000 (14:1-5) y entonces la tierra es cosechada. A continuación, vienen 7 ángeles que traen 7 copas con plagas. Le sucede una descripción de Babilonia, la ciudad que representa la maldad.
La segunda venida de Cristo (19). Tras la caída de Babilonia se celebran las Bodas del Cordero (unión de Jesús y su iglesia). Luego, Cristo montado en un caballo blanco retorna a la Tierra con la compañía de los ejércitos celestiales. La Bestia y el falso profeta son derrotados y junto con los que recibieron la marca de la Bestia son arrojados en el lago de fuego.
El Milenio (20). Un ángel encadena a Satanás por mil años y lo arroja al abismo. Los justos resucitan y reinan con Cristo durante mil años. Tras el milenio, el diablo es liberado, sale a engañar a las naciones y se enfrenta a Jesús en la batalla. Pero Dios lo consume junto a sus huestes con fuego del cielo. Finalmente, Satanás es arrojado al lago de fuego. Entonces, ante un trono blanco, los muertos son juzgados y el que no está inscripto en el libro de la vida es lanzado al lago de fuego.
El estado eterno (21-22). Aparece un cielo nuevo y una tierra nueva, porque los actuales dejaron de existir. La nueva Jerusalén desciende del cielo como una novia y los justos viven en ella para siempre en la presencia de Cristo, quien con su resplandor ilumina la ciudad. Hay allí un río de agua de vida y está también el árbol de la vida.

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Bosquejo-de-Apocalipsis Descarga

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Juegos

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