Índice
- Introducción.
- La respuesta a los discípulos.
- Señales antes del arrebatamiento.
- Destrucción del Templo.
- Señales del fin.
- Resumen.
- Juegos.
Introducción
Nadie sabe cuándo regresará Jesucristo al mundo. Aunque tenemos la certeza de que vendrá, porque así lo prometió a sus discípulos: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3).
Jesús dijo que nadie sabe ni el día ni la hora, solamente el Padre: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” (Marcos 13:32). Pero sí existen señales que advierten que su venida está cercana.

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La respuesta a los discípulos
En el libro de Mateo capítulo 24 Jesús responde a sus discípulos tres preguntas (Mateo 24:3):
- ¿Cuándo serán estas cosas? Se refieren a la destrucción del Templo en Jerusalén.
- ¿Qué señal habrá de tu venida? Ellos no distinguen entre el arrebatamiento y la segunda venida.
- ¿y del fin del siglo? Es decir, las señales del fin de los tiempos, o de esta era dominada por Satanás.
Así que Jesús mezcla en su respuesta todas estas cuestiones. Para poder distinguir cuándo habla de un suceso u otro, es necesario analizar otros pasajes de las Escrituras y compararlos. Además, hay muchos debates sobre su interpretación. Para no complicar el estudio, simplemente diremos cómo podemos dividir el capítulo en los temas que trata:
- Señales antes del arrebatamiento, Mateo 24:4-14
- Destrucción del Templo, Mateo 24:15-28.
- Señales del fin, Mateo 24:29-51. En esta parte los teólogos no se ponen de acuerdo porque algunos versículos parecen hablar del arrebatamiento (por ejemplo, el 31) y otros de la segunda venida (ver. 30).

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Señales antes del arrebatamiento
4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Mateo 24:4-14
De acuerdo a la interpretación que se dé a la Escritura, anuncian la 2° venida de Cristo o el arrebatamiento (también conocido como rapto).
¿Qué es el arrebatamiento?
La palabra “arrebatamiento” viene del griego jarpázo que significa tomar con fuerza y rápidamente. Cuando suene la trompeta, los justos resucitarán (1 Tesalonicenses 4:17), luego los creyentes que estén vivos serán transformados para recibir un cuerpo inmortal (1 Corintios 15:52-54), entonces todos ellos serán levantados hasta las nubes. No está claro si las nubes significan el cielo material (atmósfera) o la gloria divina que en la antigüedad se manifestó en forma de nube (Éxodo 16:10; Éxodo 34:5; Levítico 16:2; 1 Reyes 8:11; Ezequiel 10:4 y otros). Todo esto ocurrirá en un instante, “en un abrir y cerrar de ojos” (1 Corintios 15:52).
Este evento no se llama segunda venida porque Jesús no pisará la tierra, sino que esperará a sus escogidos en las nubes.
No hay acuerdo entre los teólogos sobre lo que sucederá a continuación: la manifestación del Anticristo, el comienzo de la Gran Tribulación o el inmediato regreso de Cristo escoltado por los fieles que acaban de ser arrebatados para establecer su reino en la tierra.
Señales antes del arrebatamiento
Los que no aceptan el arrebatamiento las consideran señales de la Segunda Venida de Cristo.
- Engaño: falsos mesías, falsos profetas (Mateo 24:4-5 y vers. 11). El engaño viene del enemigo, pero estará también dentro de las iglesias.
- Muerte: Guerras, pestes, hambres y terremotos (Mateo 24:6-7). Son principios de dolores.
- Persecución a los cristianos (Mateo 24:9 y 10). Comenzó en los tiempos de Jesús, luego hubo momentos de paz y periodos de persecución en lugares determinados (Ej. países comunistas) pero va a generalizarse e intensificarse.
- Crecimiento de la maldad:
- a) El amor se enfriará (Mateo 24:12). Lo vemos en la violencia callejera y doméstica, en las leyes de divorcio y a favor del aborto, en hijos que abandonan a sus padres en geriátricos, en el materialismo que impera en ciertas iglesias.
- b) Pablo comparó la maldad del mundo con la oscuridad de la noche (Romanos 13:12).
- c) Jesús comparó ese tiempo con el de Noé (Mateo 24:37) y Lot (Lucas 17:28-30).
- Avivamiento: Expansión del evangelio (Mateo 24:14), derramamiento masivo del Espíritu Santo (Joel 2:28-29).
- Señales en los cielos (Joel 2:30-32). Noten que todavía hay oportunidad de salvarse y escapar del día grande y espantoso de Jehová (la ira de Dios). Significa que habla del arrebatamiento en vez de la segunda venida.
- Aumento del conocimiento: Gran desarrollo de la ciencia y tecnología (Daniel 12:4). También dice que muchos correrán de un lado a otro. Esto se relaciona con la velocidad de los medios de transporte actuales. También con los hábitos de nuestra sociedad: vivimos pendientes del reloj y queremos todo rápido.
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Destrucción del Templo
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
Mateo 24:15-28
La profecía de las setenta semanas
La abominación desoladora a que se refiere Jesús se menciona en la “Profecía de las setenta semanas” dada al profeta Daniel:
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
Daniel 9:24-27
El profeta Daniel era un judío que fue llevado cautivo a Babilonia cuando era joven, tras la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor. Debido a su linaje noble y sabiduría el rey lo puso a su servicio como funcionario. Daniel se destacó como sabio y profeta, recibiendo revelaciones e interpretando sueños.
El ángel Gabriel revela a Daniel que Dios ha establecido setenta semanas (490 años) para cumplir sus objetivos sobre su pueblo y la ciudad santa, Jerusalén. Sus objetivos son: terminar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer justicia perdurable, sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos (Jesús).
Este periodo se divide en tres segmentos: 7 semanas (49 años), 62 semanas (434 años) y 1 semana (7 años). Cada “semana” representa un periodo de siete años.
Desglose de las Setenta Semanas:
- 7 Semanas (49 años): Este periodo se refiere a la reconstrucción de Jerusalén y sus muros, que ocurrió en tiempos de Nehemías, tal como lo describe en su libro. Abarca desde el decreto para restaurar Jerusalén hasta la finalización de la reconstrucción. Este decreto fue emitido por el rey Artajerjes en el 445 a.C
- 62 Semanas (434 años): Este tiempo se extiende desde la finalización de la reconstrucción hasta la llegada del Mesías. La frase “se quitará la vida al Mesías” se refiere a la crucifixión de Jesús, que generalmente se sitúa en el año 30 d.C. Se anuncia que luego se destruirá la ciudad de Jerusalén y el templo.
- 1 Semana (7 años): La última semana se divide en dos mitades. A la mitad de la semana (dos años y medio) se prohibirá que se hagan ofrendas, y en el altar de los sacrificios se ofenderá gravemente a Dios (la abominación).
La última semana es un tema de debate entre los teólogos. Los dispensacionalistas creen que estamos en un intervalo entre la semana 69 y la semana 70, conocido como “la pausa profética”. Esta brecha es vista como un paréntesis en la dispensación de Israel, un tiempo de gracia en el que Dios está llamando a todos los seres humanos al arrepentimiento (dispensación de la iglesia). En la última semana el anticristo firmará un pacto de paz que será roto a la mitad del periodo, lo que desencadenará una serie de eventos catastróficos conocidos como la gran tribulación.
Los no dispensacionalistas afirman que no hay razón para interpretar que haya una pausa, de modo que toda la profecía se ha cumplido.
Como muchas profecías, es posible una interpretación histórica y una escatológica (sobre hechos futuros). Jesús describe aquí la conquista de Jerusalén en el año 70 d.C., por Tito, hijo del emperador romano Vespasiano. Pero, al mismo tiempo, se refiere a hechos futuros. Es decir, que este texto tuvo un cumplimiento histórico (en parte) y tendrá luego un cumplimiento profético (total).
La abominación desoladora de la que habla Daniel ya había ocurrido en el siglo II antes de Cristo, cuando el rey griego Antíoco IV Epífanes sacrificó un cerdo en el Templo y puso fin al sacrificio diario. Pero Jesús habla de otra abominación desoladora que vendrá en tiempos futuros.
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Señales del fin
Llamamos señales del fin a los acontecimientos naturales, sociales y espirituales que anuncian el fin de esta era. Así que no son señales del fin del mundo, sino de que Jesús vendrá junto a los santos a luchar contra el maligno.
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Mateo 24:29-51
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo en día que este no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
La segunda venida de Cristo será gloriosa, visible y en un momento indeterminado. En Apocalipsis se la describe de la siguiente manera:
El jinete del caballo blanco
Apocalipsis 19:11-16
11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Algunas señales de la segunda venida de Cristo y el fin de los tiempos son:
- Señales en los cielos: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Lucas 21:25-26).
- Apostasía (rebelión contra Dios): “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía” (2 Tesalonicenses 2:3a). “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
- La venida del Anticristo: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (1 de Juan 2:18). “… y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:3b).
- Corrupción moral de la sociedad: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita.” (2 Timoteo 3:1-5).
- Conversaciones acerca de paz y seguridad: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:2-3).
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Juegos
Manifestaciones en los cielos
Dios suele utilizar manifestaciones en los cielos como señal de algún acontecimiento muy importante. En el siguiente juego, vemos algunos ejemplos.
Señales del arrebatamiento
Arrebatamiento
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