Introducción
El uso de la danza en la iglesia ha sido objeto de debate a lo largo de la historia. Hay cristianos que la incorporan al culto como un acto de adoración y celebración, mientras que otros la consideran una práctica pagana o inadecuada para los creyentes. También se cuestiona entre quienes la aceptan qué tipo de danza es apropiada y cuál no.
La danza en la Biblia debe ser interpretada dentro del contexto cultural y religioso en que se escribió. El baile ha sido una forma de expresión y adoración en diversas culturas desde tiempos inmemoriales, no solo para el pueblo judío sino también para naciones paganas. Con la danza se celebra a Dios y también a los ídolos, es por esta dualidad que muchos la miran con sospecha o simplemente la rechazan.

Significado de la danza en la Biblia
La danza ha estado presente en la historia de la humanidad desde la antigüedad más remota. Los movimientos rítmicos permitieron al hombre primitivo expresar sus emociones y conectarse con la comunidad. Tenía un papel destacado, acompañando los momentos más importantes de la vida humana: nacimientos, bodas, guerras, duelo.
En la Biblia tiene un significado espiritual como medio de adoración y otro más mundano como celebración de la victoria tras una batalla. Veamos los distintos usos:
- Como testimonio de la intervención milagrosa de Dios: En Éxodo 15:20-21 la profetisa María, hermana de Moisés danza para celebrar la victoria sobre los egipcios y enaltecer al Señor quien los libró de sus enemigos. En este caso, la danza se convierte en un vehículo para recordar las obras poderosas de Dios y fortalecer la fe colectiva.
El salmista dice que las naciones con cantos y danzas testificarán que conocieron a Dios en Jerusalén: “Y entre cantos y danzas, esas naciones dirán: «Conocimos a Dios en Jerusalén».” (Salmos 87:7 TLA) - Como medio de adoración integral: En Salmos 149:3 se exhorta a alabar a Dios con danza, lo que sugiere que este acto es un medio para honrar a Dios. “Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten.” El Salmos 150:4 dice de manera similar: “Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas”. Al expresar nuestra adoración a través de movimientos corporales, manifestamos nuestro deseo de entregarnos completamente a Él. “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.” (Salmos 103:1)
- Como expresión de alegría: En el Salmo 30:11, el salmista dice: “Has cambiado mi lamento en baile”. Por el contrario, el profeta Jeremías en medio del dolor de su pueblo expresa: “Cesó el gozo de nuestro corazón; nuestra danza se cambió en luto.” (Lamentaciones 5:15). Y al recibir la revelación de la salvación futura, profetiza de parte de Dios: “Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor.” (Jeremías 31:13).
- Como manifestación de entrega a Dios: En 2 Samuel 6:14, David baila delante de Dios con todas sus fuerzas mientras transportaban el Arca del Pacto a la Ciudad de David. Esta danza sin inhibiciones de David se presenta como un acto de adoración y humildad hacia Dios, mostrando su total abandono hacia el Señor. Cuando su esposa lo critica él no se avergüenza de humillarse ante su Dios (2 Samuel 6:20-22).
- Como adoración colectiva: En el antiguo pacto, la danza es una parte integral de las fiestas religiosas como la Pascua y la Fiesta de los Tabernáculos (Jueces 21:19-21). En Salmo 42:4 se presenta una procesión que se dirigía al Templo durante la fiesta: «…De cómo yo iba con la multitud, y la conducía hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta.» La danza permite a la comunidad de creyentes unirse en un acto colectivo de adoración. El sentimiento es tan fuerte que el salmista añora esos momentos de alegría y devoción compartida.
- Como celebración de la victoria: En Jueces 11:34 la hija de Jefté sale bailando para recibir a su padre después de su victoria en batalla. Después que David venció al gigante Goliat, las mujeres danzan con panderos (1 Samuel 18:6).
- Como festejo familiar: Jesús menciona las danzas en la celebración por el regreso del desobediente en el relato del Hijo Pródigo (Lucas 15:22-27). También en la parábola de los muchachos en la plaza Lucas 7:32
Según hemos visto, la danza es un medio de expresión emocional y espiritual que se utiliza para alabar y honrar a Dios. No sólo era una forma de adoración individual, sino también parte de celebración en eventos festivos. Asimismo, era una práctica cultural que Jesús aceptaba.
Aspectos negativos de la danza en la Biblia
En la historia de Israel la danza aparece como una expresión aprendida de la cultura egipcia, cuando Moisés baja de la montaña después de recibir las tablas de los 10 mandamientos y encuentra al pueblo danzando como parte de una fiesta idolátrica, lo que enfureció a Moisés (Éxodo 32:19-20).
Los amalecitas después capturar un gran botín al conquistar la ciudad donde David vive entre los filisteos, festejan su victoria con alcohol, comida y danzas: “Ellos se habían esparcido en los campos, donde comían y bebían y danzaban con gran gozo para celebrar la gran cantidad de botín que habían tomado de los filisteos y de los hombres de Judá.” (1 Samuel 30:16b NBV). Este relato nos muestra que la danza es utilizada en ese contexto histórico para celebrar victorias que no tienen nada que ver con Dios.
A través del profeta Isaías, el Señor denuncia al pueblo porque en vez de arrepentirse de sus malas acciones, cuando escucharon que vendría el castigo divino, se ponen a jugar, danzar, comer y beber: “El Señor Dios Todopoderoso los llamó a arrepentirse, a llorar, lamentar y rasurarse la cabeza dolidos por sus pecados, y a vestirse de saco penitencial para mostrar arrepentimiento. Pero en vez de ello, cantan, danzan y juegan, comen y beben. «Comamos, bebamos y alegrémonos, dicen, ¡qué más da, si mañana moriremos!».” (Isaías 22:12-13 NBV).
En el Nuevo Testamento la hija de Herodías usa la danza de manera seductora, ganándose la aprobación del rey Herodes quien le promete regalarle lo que quiera y ella pide la cabeza de Juan el Bautista (Marcos 6:17-28). Esta historia muestra cómo Satanás utiliza la danza para sus propios fines.
Argumentos a favor de la danza
A los que la asocian con cultura pagana y actividades pecaminosas, quienes están a favor de la danza responden que el hecho de que haya personas que la usan mal no impide que se la use para adorar a Dios, tal como ocurre con la música y el canto. Que David viera la danza de los amalecitas en 1 Samuel 30 no impidió que danzara frente al arca del pacto (2 Samuel 6:14). Con tal de que la danza sea una forma de adoración, centrada en Dios y digna de alabanza, puede ocupar un lugar apropiado en el culto. La danza de adoración está muy lejos de la seductora danza de la hija de Herodías (Marcos 6:17-28). Que la danza se use en la adoración no significa una aprobación de la danza en otras situaciones que no honran a Dios.
En cuanto a la profecía dada a Isaías contra los que danzaban, bebían y comían se entiende que Dios no está en contra de la danza en sí, como tampoco se opone a que se coma y beba, siempre que sea en orden, sin excesos. Lo que el Señor condena es la actitud: que en vez de humillarse cuando escucharon la advertencia divina eligieron divertirse sin señal de arrepentimiento.
Algunos argumentan que la danza es una forma de expresión del Antiguo Testamento, pues no se menciona como método de adoración en el Nuevo Testamento. Sin embargo, la mayoría de los primeros cristianos eran judíos, por lo cual habrían incorporado formas judías de adoración en su alabanza al Mesías resucitado. Existen evidencias de que la iglesia de los primeros siglos utilizaba la danza circular en los cultos y festividades. Fue en tiempos de la Reforma Protestante cuando se erradicó de las iglesias.
¿Cómo debe ser la danza en el contexto de la adoración?
Como toda forma de adoración, la danza debe hacerse de manera que sea útil para toda la congregación. Pablo señaló que en la iglesia todo debe hacerse: “decentemente y con orden” (Corintios 14:40). Cualquier cosa que distraiga del enfoque en Cristo se debería dejar de lado. Tal como aconsejaron los líderes de la Reforma, es necesario evitar toda forma de erotismo y no glorificar al cuerpo. Cada congregación tiene la responsabilidad de estructurar su servicio de adoración de manera que honre a Dios y aliente a los miembros.
El Salmo 68:25 presenta la imagen de un cortejo que se encaminaba al santuario. «Los cantores iban delante, los músicos detrás; en medio las doncellas con panderos.» El Salmo 42:4 describe una situación similar: «Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.» A través de estos dos pasajes vemos que estas procesiones festivas donde el pueblo danza y canta, ocurren al aire libre y no en el templo. En el templo, sólo los levitas cantaban las alabanzas y tocaban instrumentos musicales (1 Crónicas 15:16, 19-24; 16:4; 25:6-7; 2 Crónicas 7:6; 29:25; Esdras 3:10-11). Siguiendo este razonamiento, la danza debería realizarse al aire libre.
La iglesia cristiana de los primeros siglos también emplea sólo dos formas de danza: la danza circular (que sigue practicándose entre el pueblo judío) y las procesiones. Por eso, algunos cristianos no aceptan las formas actuales de danza. Hay que recordar que en tiempos bíblicos no existía la coreografía, así que era imposible que la utilizaran en sus expresiones de adoración. La coreografía surge durante el Renacimiento.
En el siglo pasado, en algunas iglesias pentecostales tienen lugar manifestaciones del Espíritu Santo en forma de “danza en el espíritu”. Personalmente, en la década de 1980 pude observar cómo las hermanas con los ojos cerrados danzaban esquivando perfectamente a las personas, mientras levantaban las manos y se movían en vaivén hacia la izquierda y derecha. En la actualidad, algunos cristianos llaman danza en el espíritu a una manifestación espiritual (y a veces, puramente emocional) que hace que la persona tiemble y mueva desenfrenadamente la cabeza, lo cual no es en realidad una danza. Por otro lado, en otras congregaciones se le da el mismo nombre a la danza espontánea o no coreografiada, sin connotaciones sobrenaturales.
La relación entre la danza y la música en la Biblia nos habla de la importancia de la expresión artística en la vida espiritual. La música y la danza son herramientas que pueden ayudar a conectar con Dios, a expresar emociones profundas y a fortalecer la fe. También sirven como forma de evangelismo, junto a otras manifestaciones artísticas, para dar a conocer el mensaje de salvación.
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